La formación convencional nos permite capacitar a nuevos empleados y a trabajadores ya presentes en una empresa, de conocimientos para el correcto desarrollo de sus funciones o para adquirir nuevas funciones. Sin embargo, esta formación en raras ocasiones permite al contratante obtener información tan importante como por ejemplo la capacidad de la persona para desarrollar una tarea concreta.
La Realidad Virtual supera estas barreras, gracias a la recreación realista de espacios de trabajo. En estos espacios, además de poder formar y valorar las aptitudes de un trabajador, también nos permiten precisar si esa persona es apta para la vacante o la nueva tecnología implantada. Podrás presenciar a una persona actuando en su supuesto lugar de trabajo, sin frenar la producción ni correr riesgos personales. Esta es una medida muy eficaz y segura, sin peligros y mucho más económica.
El interés que genere es un elemento primordial para el resultado de cualquier formación. Así pues, conforme los trabajadores adquieren una mayor sensación de estar interactuando con un entorno vivo y real, más impactante les resulta la experiencia total, y les es más útil para cumplir los objetivos requeridos a esta tecnología.
Gracias a la Realidad Virtual, su aprendizaje se verá potenciado y su asimilación será mayor, ya que su respuesta al estímulo es lo más próxima a la situación real.
Al actuar como un auténtico laboratorio de aprendizaje, ya que toda la formación es virtual, los entornos simulados fomentan a los trabajadores a tomar riesgos que habitualmente no tomarían, incita a usar su creatividad y pensamiento crítico más libremente para tomar decisiones, al igual que a crear y emprender nuevas soluciones radicales a los problemas, y/o para el mejoramiento de los servicios y productos de la empresa.
Trabajadores con labores en sectores que involucran actividades peligrosas como la de estudiantes de cirugía y medicina, pilotos y bomberos; o industrias y sectores más propensos a sufrir accidentes letales, como el sector energético o la manufacturera, o el sector militar; pueden practicar y mejorar las técnicas y habilidades del oficio a la vez que se tiene en cuenta la prevención de riesgos laborales. El uso de VR permite realizar prácticas peligrosas de forma 100% segura.
El hecho de que la Realidad Virtual sea tan inmersiva, permite a los usuarios adquirir la información más rápidamente y retener el conocimiento adquirido por más tiempo, pudiendo cometer errores sin miedo alguno a repercusiones, daños físicos, o efectos colaterales provocados por un accidente. Este proceso es mucho más complicado para la formación tradicional por instrucciones, y, en muchos casos, más costoso.
La experiencia de “inmersión” dentro de las simulaciones de VR acaba siendo una experiencia emocional en el usuario, labor que aumenta aún más el índice de retención de la información, debido a que en el cerebro las reacciones emocionales se interconectan con la formación de la memoria.
La tecnología VR permite a las corporaciones realizar pruebas previas sobre nuevos escenarios y ambientes para conocer la respuesta de los trabajadores en un primer encuentro con éstos, que serán o están siendo introducidos en el campo de trabajo. Dentro de estas tenemos como ejemplo el diseño de prototipos o presentación de nuevas contrucciones.
Otra de las ventajas de aplicar la VR como metodología de formación, es la formación de un mayor lazo entre empresa y empleado. Tener a disposición herramientas de nuevas tecnologías, y utilizarlas para la formación del personal, hace que el personal valore la empresa al apostar por mejoras para sus resultados y habilidades.
El profesional poseerá un mayor apego a la empresa, ya que la formación virtualizada le ayudará a mejorar su desempeño en sus funciones, y esto le permitirá, a su vez, seguir creciendo en la compañía para alcanzar nuevas metas.
Las personas que realizan formaciones con Realidad Virtual, obtienen una experiencia y un grado de comprensión que no podrían haber logrado de otro modo.